El mandatario cuestionó al sector empresario por la suba de los precios y los acusó de querer "llevarse una tajada". Además, dijo que los acreedores externos "van a tener que esperar".
En el acto en el que anunció la ampliación del universo de beneficiarios de la Tarjeta Alimentar, el presidente, Alberto Fernández, atribuyó la aceleración inflacionaria de las últimas semanas a los empresarios y al alza de los precios de las commodities, al tiempo que relativizó el pago de la deuda al Fondo Monetario Internacionales (FMI) y el Club de París.
Antes de realizar el anuncio de la medida, el Presidente señaló que ante la suba de los precios internacionales de la soja y otros productos agrícolas existe una "puja distributiva" en la que acusa a la cadena de empresas del sector de querer "llevarse una tajada".
"Hay una economía que crece y cada vez que nuestra economía crece, empieza la puja por ver quién se lleva la mayor tajada en ese crecimiento. No celebro que la carne de los argentinos la paguemos como la pagan en Francia, China o cualquier latitud del mundo. La puja sectorial tiene que encontrar un límite, encontrar un punto donde solidariamente pensemos en nuestra gente", señaló Alberto Fernández.
Junto con la extensión de la Tarjeta Alimentar que insumirá un gasto mensual de $ 30.000 millones, el triple que antes, el Gobierno anunció también la renovación del acuerdo de precios de carnes y verduras, además de un pacto de precios por seis meses para comercios de proximidad.
En ese sentido, Fernández planteó que la inflación "no se combate" bajando los impuestos, en referencia a que las compras con la Tarjeta Alimentar no tributa una parte del IVA, y que el sector empresario tiene que "hacer un esfuerzo mayor". "No hay dinero que alcance para los bolsillos de los argentinos si siguen subiendo los precios", señaló.
En el primer trimestre del año, la inflación arañó el 13%, pero en el rubro de alimentos superó el 14% y en las últimas semanas volvió a acelerarse, con lo que afecta a los sectores de menores ingresos que utilizan la mayor proporción de sus recursos en adquirir productos de este rubro.
Además, el presidente matizó las posibilidades de que se paguen los compromisos de deuda que tiene Argentina con el Club de París por u$s 2400 millones al final del mes, a pesar de que esta semana pagó el vencimiento de intereses por u$s 300 millones al FMI. "Los acreedores deberán esperar hasta que los argentinos recuperen la dignidad", lanzó Fernández.
El 31 de mayo expira el remanente de la deuda que tiene Argentina con el Club de París y la intención inicial del equipo económico era renegociar el vencimiento, algo que el grupo acreedor haría sólo con un acuerdo firmado con el Fondo.
No obstante, el acuerdo contempla dos meses de gracia tras el vencimiento, por lo que si Argentina recibe en junio o julio los derechos especiales de giro (DEGs) extra por u$s 4300 millones podría destinar una parte a saldarlo. De todas maneras, el ala dura del kirchnerismo pretende que esos fondos se usen para pagar gastos corrientes en pesos, otro de los ejes de disputa interna en la coalición.
En tanto, en agosto y noviembre vencen dos pagos de intereses por u$s 300 millones con el FMI, mientras que los pagos de capital son en septiembre y diciembre, de u$s 1900 millones cada uno. Si bien a comienzos de año la idea era tener el nuevo programa firmado a esta altura del año para evitar esas obligaciones, no parece que se consiga antes de las elecciones de octubre, por lo que al menos el pago de septiembre tendrá que afrontarse.
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