La magistrada chubutense Mariel Alejandra Suárez fue denunciada en enero pasado, luego de que se conociera un video en la que se la ve “muy cerca” de un interno durante un encuentro entre ambos en el penal de Trelew.
Según la funcionaria, fue a visitarlo en el marco de un libro que estaba escribiendo, pero los penitenciarios que vieron la secuencia por las cámaras de seguridad hablaron de “situaciones raras” y de besos entre ambos. Ahora el Consejo de la Magistratura resolvió que la jueza debe afrontar un juicio político por mal desempeño de sus funciones. Los detalles de la acusación.El Consejo de la Magistratura definió esta semana que la jueza chubutense Mariel Alejandra Suárez deberá afrontar un jury de enjuiciamiento por mal desempeño de sus funciones. La magistrada ya había sido suspendida preventivamente luego de que comenzaran a investigarla tras la difusión de un video en el que se la ve aparentemente besando a un preso al que había ido a visitar a la cárcel. La acusan de haber tenido una “conducta indecorosa”, entre otros incumplimientos de “su envestidura”.
Para la jueza la denuncia se originó en base a una “filmación ilegal” mientras ella estaba en un aula del Instituto Penitenciario Provincial (IPP) los días 29 y 30 de diciembre de 2021. Suárez en esa oportunidad se reunió con Cristian Omar “Mai” Bustos, un interno que había sido recientemente condenado a perpetua, y había sido ella una de las magistradas que integraban el Tribunal que lo juzgó por asesinar a un policía.
“A partir de esa filmación que de manera ilegal se realiza sobre mi persona, se manipula y distorsiona, se formula la denuncia antes indicada y se da inicio a todas las actuaciones que con posterioridad se realizan. El origen del acto es ilegal y en consecuencia todo lo que surge como canal o vía de investigación es nulo”, argumentó Suárez en su descargo (al que tuvo acceso PERFIL), tras el informe de la consejera instructora que analizó el caso y concluyó que el expediente debía ser analizado por un Tribunal de Enjuiciamiento, lo que ocurrió este martes.
Además la jueza aseguró que “no dejó de cumplir” con sus obligaciones, no dejó vencer términos para dictar sentencias, no realizó actos incompatibles o prohibidos por la Constitución, ni desobedeció órdenes de sus superiores como para que se ponga en juego su destitución.
“Indiqué que en ningún momento realicé actos inapropiados ni contrarios a la moral. Solo me senté en el piso unos minutos y nada más”, planteó la jueza de Comodoro Rivadavia. La justificación que dio sobre este accionar fue que tenía que cargar un aparato tecnológico, pero en el sumario final descartaron esta posibilidad ya que “el largo estándar de cables de telefonía o computadora portátil posibilitaban, sin obstáculo alguno, que utilizaran el mobiliario existente para realizar una entrevista respetable”.
Fue tras la resolución de la consejera instructora, que el martes pasado se reunió el Consejo de la Magistratura y por unanimidad avaló el planteo y decidió que Suárez afronte un jury de enjuiciamiento por mal desempeño en sus funciones. De este modo, se desestimó el descargo de la magistrada denunciada en enero pasado.
Para el Consejo las conductas de Suárez “configuran la causal de mal desempeño que establece la legislación” por no obedecer a los deberes impuestos por la Ley de Ética Pública y el deber de imparcialidad impuesto por el Código Procesal Penal.
Así se consideró que Suárez “adoptó conductas indecorosas”, en relación con las que su cargo y función le exigen, y se señaló que omitió información al reportar su localización los días 29 y 30 de diciembre de 2021.
Para esas fechas, la jueza estaba de turno y el 30 la notificaron sobre la detención de un hombre por el delito de violación de un domicilio y amenazas. Pero la magistrada dijo que se “encontraba enferma”, por lo que la audiencia de control de la detención no se pudo realizar ese día y se reprogramó para el siguiente. Según el sumario, Suárez se condujo “de manera engañosa” y no estaba enferma sino en el penal provincial de Trelew visitando a Mai Bustos.
El caso. El 29 de diciembre de 2021, Suárez se presenta en el penal ubicado sobre la Ruta 3 entre las ciudades de Trelew y Puerto Madryn para entrevistarse con el interno Bustos. Según la magistrada el objetivo del encuentro estaba vinculado al desarrollo de un libro.
La jueza llega a la entrevista a las 16.30, muy cerca de la finalización del horario de visitas, pero “en atención a su condición laboral” desde el Servicio Penitenciario le asignan un aula que está habitualmente destinada a encuentros entre los internos y los abogados defensores, detalla la instructora en su informe, al que accedió este diario.
“Cuando se encuentra la Dra. Suárez con el interno observo que el saludo no era habitual, se toman de la cintura, se dan un beso en la mejilla y luego de ello se sientan en el suelo detrás de un escritorio, reitero que no es una conducta habitual”, narra un oficial inspector sobre lo que vio ese día desde la sala de control. “Luego observo que se acercan demasiado uno al otro, yo presumí que fue un beso en la boca porque era muy cerca”.
Mientras que su compañera declaró que al ingresar a la sala de control donde se veían las imágenes de las cámaras de seguridad observó “una situación rara”. “La jueza estaba sentada en el piso, con el interno al lado, me pareció raro, habiendo escritorio y sillas, me quedé ahí cuando vi que el interno le acaricia el pelo y le da un beso”, recordó.
Por su parte, la magistrada se defendió: “Todas las conjeturas que se construyen y sacan del video que
ilegítimamente se grabó, manipuló y redistribuyó por personal del IPP son falaces. Entiendo que el hecho de sentarme en el piso por unos minutos nunca puede constituir un acto que sea contrario a la ética o al decoro”.
Pero para la instructora del sumario final la conducta de Suárez fue “indecorosa”, “deslucida y desajustada al cargo de jueza que detenta” e “incluyó la adopción de conductas reñidas con el comportamiento esperado acorde a su investidura y función, tales como optar por sentarse en el suelo en forma próxima a su entrevistado y acordar acercamientos impropios para la actividad académica que manifestó llevar adelante”.
Quién es Mai Bustos
La jueza Mariel Suárez es una de las protagonistas de esta historia, la otra es Cristian “Mai” Bustos, el preso al que fue a visitar al Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew. Pero ¿de quién se trata? Es un hombre que fue juzgado y condenado por dos homicidios: el de su propio hijo y el de un policía.
Bustos fue condenado por matar a su hijo de 9 meses en 2005, pero tras conocer la resolución se escapó. Cuando la policía lo fue a buscar a la casa de su madre, Mai y sus hermanos salieron a recibir a la policía armados. En ese enfrentamiento ocurrido en 2009 fue asesinado el efectivo Tito Roberts (33) y otro agente resultó herido.
Bustos volvió a fugarse y en 2016 fue recapturado en Chile.
La jueza Suárez conformó el Tribunal que lo juzgó por el asesinato de Roberts.
El 10 de diciembre de 2021 se da el veredicto de responsabilidad por unanimidad, se detalla en el sumario final contra la magistrada denunciada. Pero “el día posterior a la condena y no habiendo finalizado el juicio con la correspondiente cesura de pena” ella lo fue “a visitar por 30 minutos en la comisaría de Esquel”. Este es uno de los argumentos por los que fue acusada por “faltar al deber de imparcialidad” por “estar visitando al interno durante el transcurso del proceso”. Después lo visitó en el penal, donde se habrían besado.