Un escándalo sacude a la ciudad bonaerense tras filtrarse audios donde la directora del Patronato de la Infancia somete a tratos inhumanos a menores bajo su cuidado. La Justicia ya interviene en el caso.
Lectura exprés
- ¿Qué sucedió? Se filtraron audios de la directora de un hogar de menores maltratando brutalmente a un niño de 11 años.
- ¿Quiénes son los protagonistas? Alejandra Patricia Genaro (acusada) y Marisa Benaducci (empleada cómplice).
- ¿Cuándo ocurrió? Los hechos se conocieron recientemente, con audios grabados tras un incidente el 28 de noviembre.
- ¿Dónde fue? En el Patronato de la Infancia de la ciudad de Balcarce, Buenos Aires.
- ¿Cómo se produjo? Tras una crisis de llanto de un menor, la directora lo amenazó con la policía, el reformatorio y violencia física.
- ¿Por qué es importante? Revela la vulnerabilidad de niños institucionalizados ante autoridades abusivas con poder político y económico.
- ¿Qué consecuencias hay? Genaro fue apartada, tiene prohibición de acercamiento y enfrenta una causa penal grave.
El horror oculto en una institución de abrigo
La comunidad de Balcarce se encuentra conmocionada tras la difusión de una serie de grabaciones que exponen el calvario vivido por los niños alojados en el Patronato de la Infancia de dicha localidad. El foco del escándalo es Alejandra Patricia Genaro, abogada y presidenta de la comisión directiva del hogar, quien fue registrada en audios mientras ejercía una violencia verbal y psicológica extrema contra un menor de 11 años.
El caso salió a la luz gracias a la investigación del periodista local Hugo Patti Ponce y al testimonio de ex trabajadores de la institución, quienes confirmaron que el lugar, destinado a proteger a niños vulnerados, se había convertido en un escenario de terror bajo la gestión de Genaro.
Crónica de una tortura psicológica
El incidente detonante ocurrió cuando un niño de 11 años sufrió una crisis emocional tras ser informado de que su hermana menor, de 5 años, sería adoptada por otra familia, lo que implicaba su separación definitiva. En un acto de frustración y dolor, el niño rompió un vidrio de la institución.
Lejos de recibir contención psicológica o afectiva, la respuesta institucional fue el llamado a la presidenta de la comisión, Alejandra Genaro. Según los audios revelados en el programa de A24, la mujer sometió al niño a una sesión de humillaciones y amenazas que duró más de 40 minutos.
- Amenazas de abandono: Genaro le aseguró al niño que su madre no podría encontrarlo jamás porque ella se encargaría de esconderlo en el sistema o enviarlo a un reformatorio. "Hacé de cuenta que esto se vino abajo... tu mamá no te va a encontrar", se escucha en las grabaciones.
- Violencia económica: La mujer echó en cara al menor el costo de su manutención, diciéndole que venía de trabajar para "pagarle la luz" y recriminándole el valor del vidrio roto, comparándolo con la beca que el Estado paga por él.
- Deshumanización: Frases como "¿Quién carajo sos vos?", "Sos una porquería, y las porquerías no cambian" o amenazas directas de violencia física ("Te voy a romper la cara de una cachetada") forman parte del repertorio de agresiones registradas.
La gravedad de las amenazas
Lo que agrava la situación es el perfil de la acusada. Genaro no solo es abogada, lo que implica conocimiento de la ley, sino que ocupaba un rol de poder político y social en Balcarce, trabajando también en la cooperativa eléctrica local. En los audios, utiliza este poder para aterrorizar al niño, amenazándolo con denunciarlo en la comisaría para que termine "preso" o en un instituto de menores donde sufriría abusos.
El periodista Hugo Patti Ponce, quien tuvo acceso a la totalidad del material, describió el contenido como "una tortura psicológica" y advirtió que existen fragmentos irreproducibles en televisión abierta debido a su contenido explícito, que rozan la amenaza de abuso sexual grave. "Le dice que le va a hacer chupar el dedo con... excremento, y amenaza con agresiones físicas por parte de terceros", detalló el periodista, visiblemente afectado.
Testimonios que duelen
Luisina Pietrantueno, ex psicóloga del hogar, brindó su testimonio para contextualizar la situación. Aclaró que la comisión directiva encabezada por Genaro asumió hace menos de dos meses, pero que el daño causado en ese corto tiempo es incalculable.
"Un nene que rompe un vidrio porque le avisan que va a perder a su hermana es una reacción esperable. Hay un equipo técnico para contener eso. Esta mujer no tenía por qué intervenir directamente con el menor, su función era administrativa", explicó la profesional. Además, destacó la crueldad de prometerle falsamente al niño que vería a su madre en el verano, solo para manipularlo, sabiendo que esa visita no ocurriría.
El rol de los cómplices y la reacción social
En la escena del maltrato estaba presente otra empleada, Marisa Benaducci, señalada como quien convocó a Genaro para "poner orden" y quien presenció los abusos sin intervenir. Sin embargo, el horror se conoció gracias a la valentía de otra cuidadora que, al percibir la violencia de la situación, decidió grabar los audios que hoy sirven como prueba fundamental.
La repercusión en Balcarce ha sido inmediata:
- Se organizaron marchas y abrazos simbólicos al Patronato bajo la consigna de pedir justicia y proteger a los niños.
- Alejandra Genaro fue despedida de la cooperativa eléctrica y apartada de su cargo en el hogar.
- La justicia dictó una orden de restricción de acercamiento no solo para Genaro, sino para toda la comisión directiva, hacia los menores del hogar.
Una falla sistémica
El caso abre un debate urgente sobre los controles estatales en las organizaciones no gubernamentales (ONG) que reciben subsidios para el cuidado de menores. Si bien el sistema de denuncia funcionó —las profesionales del equipo técnico reportaron el hecho al zonal de menores inmediatamente—, la pregunta que persiste es cómo una persona con este perfil psicológico y violento pudo acceder a la presidencia de una institución tan sensible.
Actualmente, los 28 niños alojados en el hogar continúan allí, bajo el cuidado de nuevas voluntarias y personal remanente, aunque la situación financiera y emocional de la institución es crítica, con empleadas que denuncian no cobrar sus sueldos desde agosto. La sociedad de Balcarce exige que la justicia actúe con firmeza para que el "hogar del terror" vuelva a ser un lugar de amparo.

