La medida beneficiará a entre el 85 y 100% de los abonados, lo que significa que unas 150.000 familias y casi 4.000 empresas podrán observar un ahorro en su factura.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en colaboración con la Empresa Mixta de Aguas S.A. (Emalsa), ha impulsado un paquete de medidas sociales y económicas para bajar el precio del agua durante los próximos tres años a través del bono COVID, en el marco del Plan para la Modernización del Ciclo Integral del Agua, elaborado por ambas entidades, que tiene como fin un servicio "más sostenible y justo" socialmente para los ciudadanos.
Este anuncio lo han realizado la concejala de Servicios Públicos de Las Palmas de Gran Canaria, Inmaculada Medina, y la directora general de Emalsa, Mercedes Fernández-Couto, durante la presentación del Plan en el Depósito y Estación de Bombeo de Agua Potable (EBAP) Lomo del Polvo.
Medina explicó que esta medida beneficiará a entre el 85 y 100% de los abonados, apuntando que unas 150.000 familias y casi 4.000 empresas podrán observar un ahorro en su factura, mientras que el Ayuntamiento deberá invertir 15,6 millones de euros para poder llevar a cabo la bajada de precio, según informó el Ayuntamiento en nota de prensa.
De este modo, la bonificación tendrá un precio súper-reducido de 40 céntimos por cada 1.000 litros para el 100% de los abonados domésticos para los primeros 7.000 litros; así será de 2,8 euros por los primeros 7.000 litros que se consuman.
Por otro lado, el Ayuntamiento impulsa el bono social del agua, una ayuda gestionada entre Emalsa y el área de Servicios Sociales, que tiene como fin cubrir la factura del agua de las familias en situación de riesgo, por lo que apuntó que con una "inversión de 400.000 euros anuales se garantiza el suministro de un bien esencial para los que peor lo están pasando".
Por último, se indicó que con la puesta en marcha del Plan para la Modernización del Ciclo Integral del Agua se elimina el bloque mínimo de 10.000 litros de agua que hasta ahora se pagaban aunque no fueran consumidos. Añadió que la nueva factura contará con dos partes: una que irá en función del calibre del contador de cada usuario, que garantiza el acceso al servicio, y otra que variará según la cantidad de agua consumida y la nueva tipología de abonados.
Además se busca adaptar la factura a las exigencias de la Directiva Marco Europea del Agua que reflejará los cuatro servicios prestados, tales como son sostenibilidad, alcantarillado, abastecimiento y saneamiento.
