Si lo que se busca es exclusivamente tener una colocación transitoria y con vistas al corto plazo, no pareciera ser el momento más indicado. Si la visión del inversor está asociada a una connotación estratégica y de largo plazo, el "timing" pasaría a un segundo plano.
Texto elaborado en co-autoría con Luciano Lezcano, Analista Semisenior de Finanzas de Pgk Consultores, miembro de TGS Global.
Considerando la aglomeración de valores máximos históricos en distintas criptomonedas y el crecimiento por momentos vertiginoso que continúan mostrando los precios en el contexto actual, resulta crítico tener en claro el objetivo con el cual un inversor se acerca a este mercado. Por eso, se pregunta: ¿Es momento de volcarse al negocio?
Si lo que se busca es exclusivamente tener una colocación transitoria y con vistas al corto plazo, no pareciera ser el momento más indicado debido al aumento de la probabilidad de ocurrencia de una corrección que naturalmente trae aparejado una dinámica acelerada de crecimiento generalizado como la que se visualiza actualmente. Por otra parte, si la visión del inversor está más bien asociada a una connotación estratégica y de largo plazo, el “timing” pasaría a un segundo plano, permitiendo pensar a las compras con carácter de acumulación y no como búsqueda de precio.
¿Qué riesgos existen de que caiga estrepitosamente su valor? ¿De qué dependería?
Al momento de evaluar el riesgo de un criptoactivo, resulta relevante poder diferenciar aquel de tipo sistémico o general respecto del específico asociado a un activo en particular.
En términos generales, es importante tener en cuenta que este mercado es de alta volatilidad con una afectación significativa de componentes emocionales (euforia, en este momento) o sociales, y exposición tanto a manipulaciones de precios (dependiendo el caso, en mayor o menor medida) producto de la influencia de “grandes manos” como a potenciales regulaciones gubernamentales a nivel internacional que puedan afectar el propósito de cada proyecto, afectando así su valor
Por otra parte, si se hace foco en cada activo es importante diferenciar criptomonedas como Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH) o Cardano (ADA), cuya existencia tiene un proyecto estratégico de largo plazo que fundamentan la percepción de valor de los inversores, respecto de las NFTs (Non Fungible Token) que no tienen un objetivo concreto asociado, haciendo potencialmente menos sostenible su valor en el tiempo y dando lugar a caídas dramáticas en sus precios.
En la balanza entre riesgo y ganancia, ¿en qué medida es recomendable organizar una cartera de inversiones que incluya a las criptomonedas?
La conveniencia de incorporar criptomonedas en una cartera y su participación relativa dentro de la misma dependen exclusivamente de cada perfil inversor. Para aquellos con un apetito frente al riesgo moderado podría ser atinado contemplar una porción minoritaria del patrimonio expuesto a volatilidad, con un enfoque estricto en proyectos sólidos (BTC/ETH/ADA) con perspectivas de largo plazo.
En caso de tener una tolerancia de volatilidad elevada y considerar posiciones agresivas frente al riesgo, podría ser factible aumentar la participación relativa de este tipo de activos y solo considerar una porción muy ínfima en NFTs de forma transitoria buscando precio en vez de valor, con un enfoque de trading más no de acumulación, ya que allí es donde se encuentra el máximo nivel de riesgo que podemos observar dentro de este mercado.
Asimismo, también vale la pena mencionar que existen algunas que permitirían tener un resguardo de valor frente a variaciones en el tipo de cambio como es USDT y USDC (stablecoins), pensadas para perfiles conservadores.
Además de la criptomoneda referente como es Bitcoin, ¿qué otras criptomonedas habría que tener en cuenta si se quiere invertir en este mercado?
Dentro del universo actual de criptomonedas, sería conveniente tener en consideración a Ethereum (ETH), Litecoin (LTC) y Cardano (ADA).
En lo que refiere a Ethereum (ETH), es un proyecto con una antigüedad de 6 años en el mercado con un enfoque asociado a las transacciones del mundo cripto (smart contracts) y tiene por delante ETH 2.0 como la gran promesa apuntando a tener un diferencial frente a proyectos similares en términos de eficiencia, con saltos de escalabilidad y menores costos operativos.
Como alternativa también es necesario mencionar a
(LTC), proyecto que ya cuenta con 10 años en el mercado (conocido como la “moneda de plata”) con características similares a Bitcoin (BTC), incluyendo su propio “halving” (desincentivo a la minería, dando connotación de moneda deflacionaria) aunque con mejores tiempos en el procesamiento de transacciones (tecnológicamente utilizado en general para operaciones de grande volumen/bloques).
Por último vale la pena tener presente a Cardano (ADA) que es un proyecto relativamente nuevo con 4 años de presencia, desarrollado por científicos del MIT y con características similares a ETH aunque actualmente con mejores indicadores de eficiencia en materia de escala y costos operativos, pero sin tener al menos por ahora un proyecto de largo plazo asociado.