Tras la reciente reunión entre los cancilleres de Estados Unidos y Rusia para bajar las tensiones sobre el conflicto en Ucrania, la Casa Blanca repitió su estrategia de acusar a Moscú sobre una "amenaza continua de acción militar" y ordenó la salida de Ucrania de las familias de los empleados en su embajada en el país y autorizó la marcha del personal no esencial.
El gobierno ucraniano consideró "prematura" y "excesiva" la decisión norteamericana, mientras que Rusia la calificó de "rara y poco inteligente".
El comunicado del Departamento de Estado recomendó también a todos los estadounidenses que se encuentren en Ucrania que salgan del país. El llamado del jefe de las Relaciones Exteriores estaodunidense, Antony Blinken, quien se reunió el viernes pasado en Ginebra con su par ruso, Serguei Lavrov, confirma el fracaso de esa reunión y el aumento de la tensión entre los países de la OTAN y Rusia.
"Hay informes de que Rusia está planeando una acción militar significativa contra Ucrania y las condiciones de seguridad, particularmente en las fronteras de Ucrania, en Crimea y en las zonas del este de Ucrania controladas por Rusia son 'impredecibles' y se pueden 'deteriorar' sin aviso", sostuvo el comunicado norteamericana ratificando la desconfianza en la posición expresada por Rusia.
El reclamo de Rusia
El Kremlin exige, por un lado, que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN respondan a los dos borradores de acuerdos de seguridad enviados en diciembre para avanzar en un acuerdo pacífico, donde se pide la no incorporación de Ucrania y Georgia a la OTAN, así como el retiro de tropas y armamento de países que se integraron a la alianza militar después de 1997.
En contra mano de ese pedido, Estados Unidos autorizó a Lituania, Letonia y Estonia a enviar misiles antitanque y antiaéreos a Ucrania ante la "agresión rusa", una idea que Moscú rechaza aunque mantiene tropas en la frontera ucraniana, como parte del juego de presiones.
El comunicado del Departamento de Estado norteamericano llamó a los estadounidenses presentes en Ucrania a ser conscientes de que una acción militar rusa en cualquier punto del país puede "impactar seriamente a la embajada de Estados Unidos" e insistió en que los estadounidenses que se encuentren en el país "deberían salir utilizando el transporte comercial o de cualquier otra opción privada disponible.
En ese sentido, la oficina a cargo de Blinken pidió a todos los estadounidenses que se registren en su web para casos de crisis como el actual para poder contactar con ellos en caso de que sea necesario. Rusia salió al cruce del anuncio y calificó "la agenda político-informativa de ellos (Estados Unidos) es rara, poco inteligente".
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, en declaraciones a la emisora de radio Eco de Moscú, dijo que los movimientos ordenados por Blinken "no aciertan una" y apuntó que las decisiones se toman sobre falsas informaciones: "Todo comenzó con el New York Times, que escribió sobre la supuesta evacuación de nuestra embajada (en Kiev)", dijo la portavoz.
Ucrania, descontenta con la decisión estadounidense
Por su parte, Ucrania consideró "prematura y de "excesiva cautela" la decisión de EEUU de ordenar la salida del país de las familias de los empleados en su embajada en Kiev. El portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, dice que Kiev "tomó nota" de la medida adoptada por el Departamento de Estado de EEUU y señaló que "no ha habido cambios radicales en la situación de seguridad recientemente".
"La amenaza de nuevas oleadas de agresión rusa se ha mantenido de forma constante desde 2014, y la acumulación de tropas rusas cerca de la frontera estatal comenzó en abril del año pasado", repasó Nikolenko.