►solidaridad, periodismo y desencantos: una historia personal desde el hospital y la vida real

Un periodista repasa vivencias de solidaridad y desencanto, desde su propio recorrido entre historias que cambiarían vidas y la dura realidad de ayudar sin esperar gratitud, en la soledad de un hospital público.

Reflexiones desde el hospital y la labor periodística

Domingo por la noche, día de la madre. El hospital Perrando recibe a quienes, por emergencia o accidente, encuentran en el sistema público el único refugio posible. Desde esa escena, José Viñuela, fundador de CiberPeriodismo, comparte en primera persona una cadena de vivencias, entre la gratitud y el desencanto, inmortalizando el pulso cotidiano de un periodismo comprometido y social.

Historias que conmueven y enseñan

El punto de partida es la experiencia concreta de ayudar: el periodista visita a Benjamín, accidentado en moto, quien está a punto de ser operado gracias a una colecta reciente para comprar la prótesis esencial. En paralelo, revive cómo la aparición de un cirujano plástico de guardia logró salvar la salud de su propia hija, luego de un accidente en un partido de básquet. Entre la urgencia y la eficiencia del sistema público, destaca la diferencia con sanatorios privados, donde el mismo especialista atiende pero la atención y los costos varían profundamente.

  • La gratitud aparece en los gestos simples: atención digna, profesionales dedicados, soluciones que llegan a tiempo.
  • La soledad de los hospitales en fechas emblemáticas expone la vulnerabilidad de quienes dependen de la salud pública.
  • Surgen relatos de pacientes que, pese a sus circunstancias críticas, buscan alegrar incluso al periodista con chistes y agradecimientos improvisados.

El desencanto tras cambiar vidas

En la memoria del periodista persiste una experiencia contundente: contribuir con su trabajo y asesoría para que una mujer y su hijo resolvieran un conflicto de identidad familiar, que terminó con el cobro de 8 millones de dólares tras una ardua causa judicial. “Hice una nota, aceleré el caso, le cambió la vida a esa familia”, narra Viñuela. Sin embargo, la gratitud nunca llegó, ni un saludo ni reconocimiento por parte de quienes obtuvieron el beneficio.

  • El desencanto se agrava cuando esa misma familia se niega a colaborar con una campaña solidaria para una niña con discapacidad de la Leonesa, Chaco.
  • Pese a los intentos de contacto, la indiferencia, el “me clavaron el visto”, se vuelve metáfora de una sociedad que a veces privilegia lo material sobre los lazos humanos y la reciprocidad.

El valor de la acción social y los costos invisibles

Las campañas solidarias se suceden, los beneficios sociales son tangibles: casas reconstruidas, vidas dignificadas, recursos movilizados desde redes y transmisiones. Viñuela relata cómo, ante el temor al descrédito, prefirió no exponer su CBU al recaudar fondos, sacrificando potenciales ayudas por el miedo al juicio social. Y cuando finalmente logra canalizar ayuda para la niña de la Leonesa, la estructura estatal implica pagar impuestos sin distinción, incluso sobre la solidaridad.

  • El apoyo económico desde redes y la comunidad sirve para cubrir operaciones y necesidades de quienes no tienen otra alternativa.
  • La crítica social y la falta de colaboración suelen ser los obstáculos más duros para quienes buscan cambiar realidades.
  • La ética, la transparencia y el sentido de propósito aparecen como motores para seguir adelante, aún entre desencantos.

Conclusión y mensaje final

El testimonio es un llamado a repensar el valor de la ayuda y la reciprocidad social. Tras la experiencia de transformar vidas sin retribución, José Viñuela reafirma su vocación periodística:

“Hago ciberperiodismo, hago lo que quiero, digo lo que pienso y cuento historias, cuento realidades que otros no cuentan”.

El desenlace es una lección sobre expectativas, dignidad y el difícil arte de ayudar desinteresadamente en la Argentina de hoy.

UNA VEZ LES HICE GANAR 8 MILLONES DE DÓLARES A UNA MUJER Y SU HIJO. PERO NO QUISIERON COLABORAR CUANDO LES PEDÍ AYUDA PARA UNA NENITA CON DISCAPACIDAD.
  • Accidente y urgencia: Llego al hospital Perrando en el Día de la Madre por un accidente y observo la lucha por la atención.
  • Solidaridad inmediata: Organizo una colecta para Benjamín; conseguimos la prótesis que necesitaba y celebro la efectividad de la comunidad.
  • Agradecimiento al sistema público: Valoro el trabajo de los médicos del hospital estatal, que salvaron la salud de mi hija con rapidez.
  • Humanidad en la adversidad: Encuentro pacientes que, a pesar de sus problemas, me regalan sonrisas y agradecen el mínimo gesto de ayuda.
  • El caso judicial millonario: A través de una nota, ayudo a una familia a ganar 8 millones de dólares, pero nunca recibo ni un mensaje ni agradecimiento.
  • Desilusión y falta de reciprocidad: Luego, esa misma familia rechaza colaborar con mi campaña solidaria para una niña discapacitada.
  • Barreras para ayudar: Evito compartir mi CBU por temor al descrédito y hasta la solidaridad termina enfrentando impuestos y trámites.
  • Reflexión personal: Sigo haciendo periodismo digital porque me permite contar realidades y experiencias, aunque a veces la gratitud no llegue.

 

Fuente/Canal: José Viñuela #CiberPeriodismo
►solidaridad, periodismo y desencantos: una historia personal desde el hospital y la vida real

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Un periodista repasa vivencias de solidaridad y desencanto, desde su propio recorrido entre historias que cambiarían vidas y la dura realidad de ayudar sin esperar gratitud, en la soledad de un hospital público.

Reflexiones desde el hospital y la labor periodística

Domingo por la noche, día de la madre. El hospital Perrando recibe a quienes, por emergencia o accidente, encuentran en el sistema público el único refugio posible. Desde esa escena, José Viñuela, fundador de CiberPeriodismo, comparte en primera persona una cadena de vivencias, entre la gratitud y el desencanto, inmortalizando el pulso cotidiano de un periodismo comprometido y social.

Historias que conmueven y enseñan

El punto de partida es la experiencia concreta de ayudar: el periodista visita a Benjamín, accidentado en moto, quien está a punto de ser operado gracias a una colecta reciente para comprar la prótesis esencial. En paralelo, revive cómo la aparición de un cirujano plástico de guardia logró salvar la salud de su propia hija, luego de un accidente en un partido de básquet. Entre la urgencia y la eficiencia del sistema público, destaca la diferencia con sanatorios privados, donde el mismo especialista atiende pero la atención y los costos varían profundamente.

  • La gratitud aparece en los gestos simples: atención digna, profesionales dedicados, soluciones que llegan a tiempo.
  • La soledad de los hospitales en fechas emblemáticas expone la vulnerabilidad de quienes dependen de la salud pública.
  • Surgen relatos de pacientes que, pese a sus circunstancias críticas, buscan alegrar incluso al periodista con chistes y agradecimientos improvisados.

El desencanto tras cambiar vidas

En la memoria del periodista persiste una experiencia contundente: contribuir con su trabajo y asesoría para que una mujer y su hijo resolvieran un conflicto de identidad familiar, que terminó con el cobro de 8 millones de dólares tras una ardua causa judicial. “Hice una nota, aceleré el caso, le cambió la vida a esa familia”, narra Viñuela. Sin embargo, la gratitud nunca llegó, ni un saludo ni reconocimiento por parte de quienes obtuvieron el beneficio.

  • El desencanto se agrava cuando esa misma familia se niega a colaborar con una campaña solidaria para una niña con discapacidad de la Leonesa, Chaco.
  • Pese a los intentos de contacto, la indiferencia, el “me clavaron el visto”, se vuelve metáfora de una sociedad que a veces privilegia lo material sobre los lazos humanos y la reciprocidad.

El valor de la acción social y los costos invisibles

Las campañas solidarias se suceden, los beneficios sociales son tangibles: casas reconstruidas, vidas dignificadas, recursos movilizados desde redes y transmisiones. Viñuela relata cómo, ante el temor al descrédito, prefirió no exponer su CBU al recaudar fondos, sacrificando potenciales ayudas por el miedo al juicio social. Y cuando finalmente logra canalizar ayuda para la niña de la Leonesa, la estructura estatal implica pagar impuestos sin distinción, incluso sobre la solidaridad.

  • El apoyo económico desde redes y la comunidad sirve para cubrir operaciones y necesidades de quienes no tienen otra alternativa.
  • La crítica social y la falta de colaboración suelen ser los obstáculos más duros para quienes buscan cambiar realidades.
  • La ética, la transparencia y el sentido de propósito aparecen como motores para seguir adelante, aún entre desencantos.

Conclusión y mensaje final

El testimonio es un llamado a repensar el valor de la ayuda y la reciprocidad social. Tras la experiencia de transformar vidas sin retribución, José Viñuela reafirma su vocación periodística:

“Hago ciberperiodismo, hago lo que quiero, digo lo que pienso y cuento historias, cuento realidades que otros no cuentan”.

El desenlace es una lección sobre expectativas, dignidad y el difícil arte de ayudar desinteresadamente en la Argentina de hoy.

UNA VEZ LES HICE GANAR 8 MILLONES DE DÓLARES A UNA MUJER Y SU HIJO. PERO NO QUISIERON COLABORAR CUANDO LES PEDÍ AYUDA PARA UNA NENITA CON DISCAPACIDAD.
  • Accidente y urgencia: Llego al hospital Perrando en el Día de la Madre por un accidente y observo la lucha por la atención.
  • Solidaridad inmediata: Organizo una colecta para Benjamín; conseguimos la prótesis que necesitaba y celebro la efectividad de la comunidad.
  • Agradecimiento al sistema público: Valoro el trabajo de los médicos del hospital estatal, que salvaron la salud de mi hija con rapidez.
  • Humanidad en la adversidad: Encuentro pacientes que, a pesar de sus problemas, me regalan sonrisas y agradecen el mínimo gesto de ayuda.
  • El caso judicial millonario: A través de una nota, ayudo a una familia a ganar 8 millones de dólares, pero nunca recibo ni un mensaje ni agradecimiento.
  • Desilusión y falta de reciprocidad: Luego, esa misma familia rechaza colaborar con mi campaña solidaria para una niña discapacitada.
  • Barreras para ayudar: Evito compartir mi CBU por temor al descrédito y hasta la solidaridad termina enfrentando impuestos y trámites.
  • Reflexión personal: Sigo haciendo periodismo digital porque me permite contar realidades y experiencias, aunque a veces la gratitud no llegue.

 

Fuente/Canal: José Viñuela #CiberPeriodismo

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