En el corazón de Capital Federal, la esquina de San José 1111 se ha convertido en un punto de referencia ineludible para el ciberperiodismo y la militancia.
Este lugar, frente a la residencia de la ex vicepresidenta, atrae a seguidores y curiosos que buscan expresar su apoyo y reflexionar sobre la historia política argentina, transformando la fachada de una casa vecina en un lienzo de frases y consignas.
La calle San José, en su numeración 1111, se ha ganado un estatus particular en el panorama político y social de Argentina. Lo que alguna vez fue una dirección residencial más en Capital Federal, hoy es un sitio que atrae a aquellos interesados en la figura de la ex vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Desde su período de detención domiciliaria, la casa ubicada frente a su residencia se ha convertido en un singular "lugar turístico" para la militancia, cuyas paredes son testigos de un sinfín de frases, inscripciones y expresiones que reflejan el sentir popular.
Un Espacio de Expresión y Devoción
El ambiente en San José 1111 es elocuente. Aunque no siempre se encuentre una gran concurrencia, es habitual ver a militantes y simpatizantes que se acercan, tocan bocina al pasar o se detienen a dejar un mensaje. La expectativa de ver a la ex mandataria en su balcón, a menudo comparada con una "Julieta", es una de las principales motivaciones para quienes visitan la esquina. Este fenómeno destaca cómo un espacio privado puede transformarse en un punto de encuentro y manifestación pública de ideas y sentimientos políticos.
Testimonios de Compromiso: El "Nono de Boedo"
Entre los visitantes habituales de San José 1111 se encuentra el "Nono de Boedo", un jubilado militante que expresa su compromiso a través de carteles en su bicicleta. Su testimonio es un reflejo de la pasión política que convoca este lugar. Él no solo asiste a la esquina, sino que también participa en marchas de jubilados y se une a las Madres de Plaza de Mayo, demostrando una militancia activa y sostenida.
El "Nono de Boedo" no duda en recordar episodios de la historia argentina, como el caso de Marta Escurra en 1955, a quien compara con Victoria Villarruel en 2024, destacando la persistencia del odio y la deshumanización en la política. Escurra, según su relato, fue responsable de acciones extremas contra el peronismo, como la orden de tirar la sangre de los hospitales y la vajilla y ropa de cama de la Fundación Eva Perón, alegando que estaban "contaminadas de sangre peronista". También se le atribuye haber descartado pulmotores, cuya ausencia se hizo crítica con la llegada de la poliomielitis. Este tipo de historias, a menudo olvidadas o silenciadas, son para el "Nono de Boedo" ejemplos claros de cómo el odio puede causar un daño profundo y duradero en la sociedad.
La Lucha por la Justicia Social y Contra el Odio
Su compromiso, según sus palabras, no se limita a ser peronista, sino a una convicción humana de "que el que está al lado mío esté bien". Aunque se identifica como peronista, sus inicios en la política fueron en el Partido Intransigente, con figuras como Óscar Alende en el año 1983, para luego sumarse al kirchnerismo con Néstor y Cristina. Para él, la política es una herramienta para "defender los derechos y la gran frase de Eve que dice 'La lucha nunca es un rato'", todo en pos de la justicia social y el bienestar colectivo.
El "Nono de Boedo" también aborda la complejidad del panorama político actual, señalando que un 30% del país jamás votará al peronismo, y que parte de la clase media ha sido consumida por el antiperonismo. Reflexiona sobre por qué un segmento de la sociedad vota "en contra de sus propios intereses", atribuyendo parte de este fenómeno a una constante batalla contra "la Corte Suprema de Justicia, los medios de comunicación, la embajada de Estados Unidos y ahora con la embajada de Israel". Argumenta que la desinformación y la propagación de mentiras, como el caso de "la morsa era Aníbal Fernández", han contribuido a esta polarización.
En su análisis, el "Nono de Boedo" traza una analogía contundente: "la grieta hace más daño que el Paco". Explica que mientras el Paco es una droga que se busca, el odio "entra todos los días a tu casa las 24 horas". Esta reflexión subraya la preocupación por la división social y la constante exposición a mensajes polarizadores que, según su visión, corroen el tejido social y dificultan la convivencia y el progreso.
La esquina de San José 1111, con sus paredes intervenidas y sus visitantes comprometidos, se erige como un microcosmos de las tensiones y pasiones políticas que atraviesan a la sociedad argentina, un recordatorio constante de la importancia de la memoria histórica y la lucha por un futuro más justo.
Fuente/Canal: José Viñuela #CiberPeriodismo