Un experimento científico escolar terminó en tragedia en Pergamino: la explosión de una maqueta dejó 17 heridos, entre ellos una niña de 10 años con daño facial severo. El evento conmocionó a una pequeña comunidad.
Un experimento esperado termina en tragedia
Lo que debía ser una jornada de entusiasmo y aprendizaje para estudiantes, docentes y familias en la feria de ciencias anual del Instituto Comercial Rancagua, en las afueras de Pergamino, se transformó en segundos en una escena de caos y horror. Durante una demostración que simulaba la erupción de un volcán, una explosión inesperada sacudió el patio escolar, sembrando pánico entre niños y adultos testigos del desastre.
El experimento: pólvora en un ambiente escolar
El experimento, preparado durante semanas por alumnos y dirigido por una docente, implicaba la mezcla de azufre, carbón y una sal especial en el interior de dos tubos metálicos ocultos en la estructura de barro del volcán. Según explicó una de las alumnas antes del encendido, “estos componentes van a formar la pólvora, que será lo que va a explotar”. Minutos después, ante la vista de decenas de participantes, el encendido provocó una detonación violenta que lanzó esquirlas y piedras a gran velocidad, alcanzando principalmente a niños en las filas más cercanas.
Heridos y atención de emergencia
- 17 personas resultaron heridas, de las cuales la mayoría eran alumnos, pero también se registraron adultos lesionados, entre ellos una docente.
- Una niña de 10 años, que no era alumna regular del colegio y estaba de visita con su primo, fue la más afectada: sufrió una grave herida facial y daño ocular tras recibir el impacto de una esquirla metálica en el rostro, la cual le atravesó el cráneo hasta alojarse en el cerebro.
- Ante la gravedad, fue trasladada de urgencia primero al Hospital San José y luego, mediante un vuelo sanitario con helicóptero, al Hospital Garrahan en Buenos Aires, donde permanece internada en estado crítico.
- Una docente también sufrió la pérdida de un ojo y heridas en la cara y manos, además de quemaduras y cortes, por lo que debió ser derivados a un hospital de mayor complejidad.

Escenario posterior a la explosión en el Instituto Comercial Rancagua (Foto: Infobae)
Testimonios e impacto en la comunidad
Los relatos de los presentes evidencian el impacto emocional y material de lo sucedido. Una madre describió: “Fue un estruendo tremendo. Todos empezaron a gritar, había chicos con la cara ensangrentada y padres que no sabían qué hacer”. Otros mencionaron la sensación de angustia al buscar a sus hijos entre la multitud.
El evento era una tradición local: la feria de ciencias convocaba cada año a toda la comunidad de Rancagua, un pequeño pueblo de apenas 700 habitantes, muchos de los cuales se transportan especialmente desde Pergamino.
Actuación inmediata y elementos de prevención
- La presencia fortuita de bomberos voluntarios en la feria, invitados para dar una charla de RCP, resultó crucial para la asistencia inmediata a los heridos mientras llegaban las ambulancias.
- El accidente evidenció las fallas en la evaluación de riesgos y la peligrosidad del uso de pólvora en actividades escolares. Según especialistas consultados, la mezcla y cantidad de reactivos superó las condiciones seguras, y el confinamiento en tubos metálicos aumentó el poder explosivo.
- Autoridades municipales y educativas iniciaron una investigación judicial para determinar responsabilidades y revisar los protocolos de seguridad para experimentos escolares.
Lecciones y desafíos a futuro
El caso reaviva el debate sobre las prácticas didácticas con riesgos inherentes, la capacitación de docentes y la necesidad de protocolos específicos que prioricen la seguridad en el ámbito educativo. La tragedia invita a una revisión profunda de la cultura de prevención y control en experiencias científicas escolares, para evitar que el interés por la ciencia deje marcas irreparables.
Fuente/Canal: eltrece