En los parques temáticos de Disney en el estado subtropical de Florida, Estados Unidos, en medio del pantano lo lógico sería que hubiese muchos mosquitos sin embargo no hay. ¿Cómo logra la organización prevenirlos?.
Parques temáticos, docenas de hoteles, zonas de campamento, mucho verde y mucho espacio: Disney World es inmenso, su tamaño equivale a dos islas de Manhattan.
Cuenta con más de 70 mil empleados, recibe -en promedio- unos 50 millones de visitantes anuales. Y si a eso sumamos el detalle de que Florida tiene el 29 por ciento de su superficie cubierta con humedales, el complejo debería ser una pesadilla de insectos, especialmente mosquitos.
Pero la emblemática empresa de entretenimiento logró controlar posibles invasiones no deseadas de estos insectos.
Estudios precisos, controles periódicos, fumigaciones localizadas (dos veces al día) y una constante vigilancia forman parte de la estrategia para limitar la población de mosquitos.
Su frente principal de ataque está integrado por insecticidas de efecto instantáneo, reguladores de crecimiento que inhiben o dificultan su desarrollo, y la conservación de enemigos naturales. Disney mantiene cerca de 60 trampas con dióxido de carbono que le permiten identificar el tipo de mosquito, su edad, la concentración, y si están listos para poner huevos. Al combinar los resultados de sus trampas, la empresa construye una "hoja de ruta" que define los lugares a atacar.
Pero lo más curioso es la utilización de gallinas que sirven de centinelas o marcadores para detectar la presencia del Virus del Nilo Occidental.Las gallinas producen un anticuerpo que las mantiene a salvo del virus, y con un análisis de sangre, los expertos en Disney pueden determinar si hay mosquitos transportando al virus, y en qué lugar se encuentran. La estrategia de Disney World es muy efectiva, pero eso no la hace perfecta. Por un lado, deben evitar rociar zonas abiertas con la presencia de invitados (el campamento Fort Wilderness suele ser el menos tratado), y por el otro, hubo varias ocasiones en las que fue necesario priorizar la seguridad sobre las experiencias disponibles.
En 1990 y 1997, Disney World distribuyó instrucciones especiales y modificó los horarios de sus atracciones para minimizar el riesgo de encefalitis, mientras que en 2016 instaló estaciones de repelente gratuito por la visita del Zika.