"Ñoquis", "el curro de la política", "un Estado elefantiásico". Frases que escuchamos todos los días en la sobremesa del domingo y en los debates más acalorados. La idea de que en Argentina sobran empleados públicos está instalada en el imaginario popular. Pero, ¿es tan así?
En este nuevo informe, decidimos ir más allá de la chicana y poner los números sobre la mesa. No solo nos comparamos con nuestros vecinos, sino que nos pusimos cara a cara con las potencias nórdicas, esos tanques de eficiencia.
Agarrate fuerte, porque lo que encontramos desafía todo lo que creíamos saber.
El debate sobre el empleo público en Argentina es una de nuestras grietas más profundas. Para algunos, es la garantía de los derechos y la presencia del Estado; para otros, un sinónimo de gasto ineficiente y burocracia. Pero casi nunca se discute con los datos en la mano. Para salir del terreno de las opiniones, en nuestro equipo nos propusimos una tarea concreta: calcular cuántos empleados públicos hay cada 1.000 habitantes en nuestro país, contando a todos: los de Nación, los de las 24 provincias y los de los más de 2.000 municipios.
Con esa cifra en mano, cruzamos la frontera y el océano para ver dónde estamos parados realmente. El viaje tiene dos paradas: la primera, nuestra casa, Latinoamérica. La segunda, las ligas mayores de la eficiencia mundial.
Primera Parada: La Foto Regional, con Argentina a la Cabeza
Cuando nos medimos con nuestros vecinos, la percepción popular se confirma. Argentina presenta una de las tasas de empleo público más altas de la región, superando a Brasil y a Chile, y ubicándose en un nivel similar al de Uruguay, otro país con un sector público históricamente fuerte.
Empleados Públicos cada 1.000 Habitantes (Latinoamérica)




Hasta acá, la historia parece clara. Pero, ¿qué pasa si cambiamos el espejo en el que nos miramos?
Segunda Parada: El Baldazo de Agua Fría Nórdico
Ahora empieza lo bueno. Decidimos compararnos con esos países que todos admiramos por su eficiencia, su baja corrupción y su altísima calidad de vida: Alemania, Holanda y, sobre todo, los nórdicos. Y acá es donde se rompe el molde. Agarrate.
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Comparativa Global: ¿Más grande es sinónimo de ineficiente?






El Verdadero Debate: No es la Cantidad, es la Calidad
En los países nórdicos, un Estado grande es sinónimo de servicios públicos de altísima calidad: la salud, la educación y la seguridad social son universales y funcionan. Los empleados públicos son, en su mayoría, médicos, enfermeros, docentes y cuidadores .
El Estado es un prestador de servicios de primer nivel. En Argentina, en cambio, la percepción es que gran parte de la estructura pública responde a lógicas de la política, con superposición de tareas, burocracia excesiva y baja productividad. Es la famosa "ventanilla que te manda a otra ventanilla".
Lo que tenés que saber
- Argentina en la Región: Con 44 empleados públicos cada 1.000 habitantes, tenemos una de las tasas más altas de Latinoamérica.
- La Sorpresa Nórdica: Países como Noruega (72) y Suecia (65) tienen un Estado mucho más grande en proporción, pero son de los más eficientes del mundo.
- La Clave no es el Tamaño: El problema no parece ser cuántos son, sino qué hacen. En los países eficientes, el Estado se enfoca en prestar servicios de alta calidad a los ciudadanos.
- El Foco Argentino: La discusión local debería centrarse en la productividad, la transparencia y la calidad de los servicios que recibimos a cambio de nuestros impuestos.
Conclusión: La Discusión que nos Merecemos como País
Este informe nos obliga a elevar la mirada. La discusión simplista de "achicar o agrandar" el Estado no nos lleva a ningún lado. El espejo de los países más desarrollados nos muestra que un Estado grande puede ser extremadamente eficiente si está orientado al ciudadano. Quizás, el debate que nos merecemos no es sobre el tamaño del Estado, sino sobre su propósito. Dejar de discutir sobre la cantidad de gente y empezar a exigir calidad en los resultados. Ni más ni menos.