El cronopio inmortal: a 111 años del nacimiento de Julio Cortázar, un viaje a su universo literario

Un 26 de agosto de 1914, nacía en Bruselas uno de los escritores más influyentes y originales del siglo XX: Julio Cortázar. A través de sus cuentos y novelas, como la mítica Rayuela, nos invitó a romper las reglas y a ver la realidad con ojos de 'cronopio'

 

Cada 26 de agosto, el mundo de las letras se detiene para celebrar el nacimiento de un gigante literario: Julio Cortázar. Aunque nació en Bruselas, Bélgica, en 1914, su corazón y su pluma pertenecieron a Argentina, país que influenció profundamente su obra y al que, a pesar de su autoexilio en París, siempre regresó a través de sus palabras. Su obra, maestra del cuento y la prosa poética, rompió moldes y lo convirtió en una de las figuras clave del llamado "Boom Latinoamericano", junto a autores de la talla de Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes.

El universo Cortázar: entre cronopios y fantásticos

La literatura de Cortázar se distingue por su audacia formal y su estilo inconfundible. Sus narraciones transitan por la frontera de lo real y lo fantástico, invitando al lector a un juego intelectual y emocional. Quizás su obra más emblemática, "Rayuela", publicada en 1963, es el mejor ejemplo de este espíritu lúdico. Esta "contranovela" le ofrecía al lector la libertad de elegir su propio camino de lectura, rompiendo con la linealidad tradicional y convirtiendo la lectura en una experiencia activa y participativa.

Más allá de la estructura innovadora, Cortázar construyó un universo propio, poblado de personajes entrañables como los cronopios (seres tiernos y soñadores) y las famas (organizados y conservadores), que describió en su libro "Historias de cronopios y de famas". Esta obra, llena de humor y absurdo, se convirtió en una guía para entender el mundo desde una perspectiva no convencional.

Obras imprescindibles y un legado que perdura

Aunque "Rayuela" es su obra más conocida, la genialidad de Cortázar brilla con igual intensidad en sus cuentos. Su maestría en el relato corto, donde la realidad cotidiana se fractura de repente, es legendaria. Entre sus colecciones más icónicas, destacan:

  • "Bestiario" (1951): Su primer libro de cuentos, donde lo fantástico se cuela en lo cotidiano con relatos inolvidables como "Casa tomada" y "Axolotl".
  • "Final del juego" (1956): Una colección de cuentos que explora los límites de la realidad y la identidad.
  • "Las armas secretas" (1959): Incluye uno de sus cuentos más famosos, "El perseguidor", que rinde homenaje a la figura del saxofonista de jazz Charlie Parker y reflexiona sobre el genio artístico y la locura.
  • "Todos los fuegos el fuego" (1966): Un libro de cuentos que se adentra en la psicología de sus personajes y en las posibilidades narrativas del lenguaje.

Un dato poco sabido: la influencia del jazz en su obra

Más allá de su amor por el jazz, que era su banda sonora personal, este género musical fue una fuente de inspiración crucial para su estilo narrativo. Cortázar llegó a confesar que intentaba que sus frases tuvieran el ritmo y la improvisación del jazz. El cuento "El perseguidor" es el mejor ejemplo de esta fusión; en él, el escritor logra plasmar el caos, el fluir de la conciencia y los "saltos" rítmicos de la música de John Coltrane (la figura en la que se inspiró para crear al personaje de Johnny Carter).

Este detalle revela la profundidad con la que Cortázar vivía el arte: no solo lo consumía, sino que lo incorporaba a su propia creación, demostrando que para él la literatura era un acto total, tan libre y apasionado como el mejor solo de saxofón.

 

 

desarrollo basado en la fuente: filo.news 

Lo más visto en los últimos

Chaco Gobierno del Pueblo