El obispo de Juli, en Perú, Ciro Quispe López, presentó su renuncia en medio de una investigación del Vaticano. Se le acusa de mantener una doble vida con múltiples amantes, malversación de fondos y abuso de poder.
Un grave escándalo ha sacudido los cimientos de la Iglesia Católica en Perú, culminando con la renuncia del obispo de la diócesis de Juli, Ciro Quispe López. La dimisión se produce en el contexto de una exhaustiva investigación iniciada por la Santa Sede a raíz de una serie de acusaciones que pintan un cuadro de doble vida, abuso de poder y presunta malversación de fondos.
Las denuncias, que han sido descritas por periodistas que tuvieron acceso al caso como una "verdadera telenovela", exponen un presunto patrón de conducta impropio para un prelado de su jerarquía. El obispo, de 51 años, fue acusado de mantener relaciones sentimentales secretas con hasta 17 amantes, una situación que habría salido a la luz debido a conflictos entre las propias mujeres involucradas.
La Trama de Celos y la Denuncia Clave
El castillo de naipes comenzó a derrumbarse a causa de los celos. Según la periodista peruana Paola Ugaz, quien siguió de cerca la investigación vaticana, el conflicto se desató cuando una monja, supuesta amante del obispo, descubrió la existencia de otra relación del prelado con una abogada. La religiosa, en un acto de despecho, habría filtrado información a una tercera mujer, quien a su vez confrontó a la abogada, desatando el escándalo.
Sin embargo, la pieza clave en la investigación fue la empleada doméstica del obispo. La trabajadora se quejó formalmente ante las autoridades eclesiásticas después de que Quispe López le enviara por error varias imágenes explícitas que, en realidad, estaban destinadas a sus amantes. Su testimonio fue crucial y aportó pruebas contundentes.
La empleada aseguró ante los investigadores haber sido testigo de numerosas irregularidades que confirmaban la doble vida del religioso. Entre los detalles que aportó se encuentran:
- Haber encontrado constantemente cabellos de mujer en la ducha privada del obispo.
- Tener que limpiar sábanas manchadas con frecuencia.
- Haber hallado preservativos usados en la habitación del prelado.
Investigación Vaticana y Otras Acusaciones
La situación se volvió insostenible cuando audios, fotos y videos comprometedores que el obispo compartía con las mujeres comenzaron a circular en redes sociales, lo que, sumado a la denuncia de la empleada, obligó al Vaticano a intervenir. La Santa Sede inició una investigación formal para esclarecer no solo las faltas al celibato, sino también otras acusaciones igualmente graves.
Paralelamente, Quispe López fue investigado por presunta malversación de fondos y abuso de poder. Una de las denuncias más llamativas señala que habría tomado sillas y otros bienes de una propiedad de la Iglesia para utilizarlos en un restaurante de pollos en el que, supuestamente, tenía intereses financieros personales.
La periodista Paola Ugaz resumió la situación afirmando que el caso "levantó la tapa de un grave abuso de poder", y explicó que muchas de las mujeres involucradas en la trama sentían un profundo temor hacia el obispo. Por su parte, el prelado ha sostenido que las acusaciones son parte de una campaña de desprestigio en su contra.