El FMI exige a Argentina una nueva metodología para medir la inflación. La crítica principal es que la actual canasta de consumo está desactualizada, lo que afecta la calidad de los datos y las negociaciones del organismo con el país.
La relación entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) vuelve a tensarse, esta vez por la medición de la inflación. El organismo multilateral ha presionado al INDEC para que cambie "lo antes posible" su metodología para calcular el Índice de Precios al Consumidor (IPC). La exigencia se basa en la preocupación del FMI de que la actual canasta de consumo está desactualizada y no refleja la realidad económica del país, lo que afecta la calidad de los datos.
La metodología actual, desactualizada desde 2004
El principal problema que señala el FMI es que la metodología actual del INDEC utiliza una canasta de consumo que data de los años 2004/2005. Esta metodología está obsoleta, ya que no incluye el peso real que han ganado ciertos consumos en la vida de los argentinos, como la telefonía celular, los servicios de internet, las plataformas digitales de streaming y los servicios en general. El FMI ha insistido en este punto desde hace al menos un año, pero las demoras políticas han impedido la implementación de los cambios.
El cambio de medición, una prioridad para el FMI
Según la información recabada, el INDEC ya tiene una nueva metodología técnicamente finalizada, basada en una encuesta de 2017/2018 que daría un mayor peso a los servicios y acotaría el de los alimentos. Sin embargo, el gobierno ha pospuesto su implementación, argumentando que es un año electoral y que los cambios podrían ser difíciles. Esta dilación ha provocado, incluso, renuncias de profesionales en el área de precios del organismo. El FMI ha dejado claro que la publicación del nuevo índice de inflación será un tema crucial en la próxima revisión del programa, que se espera para finales de 2025.
El escándalo en el INDEC no solo afecta la credibilidad de los datos oficiales, sino que también pone en riesgo las negociaciones del gobierno con el FMI y la estabilidad económica de Argentina.