Los socorristas siguen logrando rescatar sobrevivientes de entre los escombros, pero las personas muertas ya alcanzan las 35.225 al cumplirse una semana del sismo, de 7,8 grados en la escala de Richter que sacudió a Turquía y Siria.
Los equipos de rescate en Turquía y Siria siguen buscando sobrevivientes. Cada día son menos pero aún así logran rescatar cada día a algunas personas que ya pasaron una semana completa bajo los escombros.
Este lunes se cumplen siete días desde el devastador terremoto de 7,8 grados en la escala de ritcher y que, según los datos oficiales, ya dejó 35.225 víctimas mortales, aunque según la ONU el número podría "duplicarse".
De ese total, al menos 31.000 fallecidos corresponden al sur de Turquía, según informó el lunes Afad, la agencia estatal turca de gestión de catástrofes, mientras que las autoridades contabilizaron 3.581 muertos en Siria.
A una semana del devastador sismo, rescatistas lograron sacar a más sobrevivientes de los escombros: un menor y una mujer de 62 años fueron los últimos rescates milagrosos después de casi siete días atrapados entre la destrucción de edificios colapsados.
Mustafa, de 7 años, fue rescatado en la provincia turca de Hatay, mientras que Nafize Yilmaz fue encontrada con vida en Nurdagi, también en Hatay, informó hoy la agencia noticiosa estatal Anadolu.
Ambos estuvieron atrapados 163 horas antes de su rescate en la noche del domingo.
Más de 32.000 personas de organizaciones locales trabajan en los esfuerzos de búsqueda y rescate junto a 8.294 rescatistas del exterior, indicó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD).
En la destruida ciudad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro del sismo, los equipos excavaron entre montañas de escombros donde recuperaron a un cuerpo.
Pero los rescatistas se quejaron de la falta de sensores y equipo avanzado de búsqueda, por lo que deben excavar cuidadosamente entre los escombros con palas o sus manos.
"Si tuviéramos este tipo de equipo habríamos salvado cientos de vidas, si no más", aseguró Alaa Moubarak, jefe de defensa civil de Jableh, en el noroeste de Siria.
Por otra parte, la ONU denunció que no se haya enviado toda la ayuda requerida desesperadamente en Siria.
Una caravana con suministros para el noroeste de Siria llegó vía Turquía, pero el jefe de emergencias de la ONU, Martin Griffiths, afirmó que se requiere mucho más para las millones de personas cuyas casas fueron destruidas.
"Hasta ahora le hemos fallado a la gente del noroeste de Siria. Se sienten abandonados. Buscan la ayuda internacional que no ha llegado", indicó Griffiths en Twitter.
Al evaluar los daños el sábado en el sur de Turquía, cuando el saldo era de 28.000 muertos, Griffiths dijo que la cifra se podría "duplicar o más", porque la posibilidad de hallar sobrevivientes disminuye cada día.
El terremoto es el más importante en Turquía desde 1939, cuando murieron 33.000 personas en la provincia oriental de Erzincan.
Los últimos balances provisionales indican que fallecieron 21.051 personas, 17.674 en Turquía y 3.377 en Siria, pero los expertos consideran que el saldo subirá todavía significativamente.
Las bajas temperaturas agravan la situación tanto para las posibles personas atrapadas entre los escombros como para los sobrevivientes, que no encuentran camas en los albergues habilitados en gimnasios o mezquitas o que prefieren dormir en coches y tiendas que volver a sus casas.
En Turquía, el descontento crece en la población por la respuesta del gobierno frente al terremoto, considerada insuficiente y tardía. El mismo presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció "deficiencias" en la gestión. Pero los cuestionamientos van más allá.
"La razón principal de esta enorme tragedia es el permiso concedido a edificios construidos sin respetar la normativa de construcción", denunció hoy a EFE Emin Koramaz, presidente de la Unión de Cámaras de Arquitectos e Ingenieros de Turquía (TMMOB).
Koramaz asegura que durante los 20 años que lleva en el Gobierno el AKP, el partido del presidente Recep Tayyip Erdogan, se han producido ocho grandes legalizaciones de edificios "inseguros, podridos e ilegales" y que habían sido construidos y habitados sin las correspondientes licencias
Varios medios turcos recuerdan hoy que durante la campaña para las elecciones presidenciales de 2018, Erdogan recorrió las zonas más afectadas por los terremotos anunciando que se habían resuelto los problemas de viviendas de cientos de miles de ciudadanos gracias a lo que llamó "paz de construcción".
"Hemos resuelto el problema de 205.000 ciudadanos de Hatay con la paz de construcción. "Estamos resolviendo un problema muy importante de nuestros ciudadanos en Gaziantep, como en el resto de nuestro país, con la paz de reconstrucción", anunció durante la campaña de 2018 el presidente, que el próximo 14 de mayo aspira a la reelección.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que alrededor de 23 millones de personas quedaron expuestas a las consecuencias del terremoto, “incluyendo cinco millones de personas vulnerables”.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decretó el estado de emergencia por un período de tres meses en diez provincias afectadas. A su vez informó que 45 países ya ofrecieron ayuda y asistencia, entre ellos Argentina.
Del lado sirio el terremoto va a agravar aún más la crisis humanitaria tras una década de guerra civil, que incluyó los ataques del gobierno de Bashar Al Asad contra las fuerzas opositoras que controlan parte de la región afectada, y los bombardeos permanentes de las fuerzas turcas contra los kurdos en el norte de Siria.
La presidenta del Comité Internacional de Cruz Roja, Mirjana Spoljaric, se encuentra ya en Alepo, en Siria. "Las comunidades que sufrieron años de fieros combates ahora se encuentra mutiladas por el terremoto", tuiteó.
La guerra destruyó hospitales y problemas en el suministro de electricidad y agua en Siria, pero la ONU solo puede enviar ayuda a las zonas opositoras del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa en la frontera con Turquía, ya que el Gobierno de Al Assad no deja ingresarla por el resto de territorio sirio.
Se trata de una catástrofe que agravará el sufrimiento de los sirios, que ya se enfrentan a una grave crisis humanitaria. Millones de personas ya se han visto obligadas a huir por la guerra en la región y ahora muchos más se verán desplazados por este desastre.
Fuente: laizquierdadiario.com