En una jornada de protesta unificada y de alto impacto, dos de los sectores más importantes del servicio público, la educación y la salud, confluyeron en el centro porteño. Miles de docentes, médicos y profesionales de la salud marcharon desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo para manifestar su contundente rechazo a los recientes vetos del presidente Javier Milei a leyes clave para ambos sectores.
Unidad en la calle por la educación y la salud
La Ciudad de Buenos Aires fue el epicentro de una de las movilizaciones más significativas del año, protagonizada por una masiva columna de guardapolvos blancos. Docentes de todos los niveles y profesionales de la salud de todo el país unieron sus reclamos en una jornada histórica de protesta. La concentración comenzó en la Plaza del Congreso, un lugar simbólico para el debate democrático, y desde allí las columnas avanzaron por la Avenida de Mayo hacia la Plaza de Mayo, corazón del poder político, para hacer oír sus demandas frente a la Casa Rosada.
El reclamo educativo: la restitución del FONID
El principal motor de la protesta del sector docente es el rechazo al veto presidencial de la ley, recientemente aprobada por el Congreso, que restituía el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). Este fondo representa un componente crucial del salario de los maestros en todo el país, especialmente en las provincias con menores recursos, ya que es un aporte que la Nación envía para complementar los sueldos. Su eliminación a principios de año provocó una fuerte caída del poder adquisitivo y generó un prolongado conflicto. Para los gremios educativos, como CTERA y UDA, el veto es un "ataque directo a la educación pública y al federalismo", desconociendo la voluntad del Poder Legislativo y afectando a miles de trabajadores.
La lucha de la salud: jubilación y defensa del sistema público
Por su parte, el personal de salud se movilizó en repudio al veto de otra ley largamente esperada por el sector: la que establecía un régimen jubilatorio especial para los profesionales con tareas de alto riesgo, como médicos de guardia, personal de terapia intensiva y enfermeros expuestos a un gran desgaste psicofísico. Esta normativa buscaba reconocer las particulares condiciones laborales y permitir un retiro anticipado. Desde sindicatos como CICOP y la FESPROSA, denuncian que la decisión del Ejecutivo ignora el esfuerzo del personal que sostuvo el sistema durante la pandemia y que hoy enfrenta el desfinanciamiento de los hospitales públicos. El reclamo, por tanto, excede lo salarial y se convierte en una defensa integral del sistema de salud público y gratuito..

Una advertencia política al Gobierno
La marcha conjunta no es solo la suma de dos reclamos sectoriales, sino un potente mensaje político. La imagen de los dos guardapolvos blancos, símbolos del cuidado y la formación de la sociedad, unidos en la calle, representa una fuerte base de legitimidad social. Los líderes sindicales advirtieron que esta es la primera de una serie de medidas de fuerza que se profundizarán si el Gobierno no reconsidera su postura y abre canales de diálogo. La jornada finalizó con la lectura de un documento conjunto en Plaza de Mayo, donde se ratificó el estado de alerta y movilización en defensa de los derechos de los trabajadores y de los pilares del Estado de Bienestar.