Un caso que genera indignación y pone en tela de juicio las decisiones judiciales. Maximiliano Eduardo Roth, quien ya había sido condenado a prisión por fracturarle el cráneo a la hija de dos años de una expareja, fue liberado bajo un régimen de libertad asistida para realizar un curso de "deconstrucción de masculinidades".
Pocos meses después, volvió a ser detenido, esta vez acusado de fracturarle el cráneo a un bebé de 11 meses, hijo de su actual pareja, a quien también mantuvo cautiva junto a su otro hijo de tres años.
Un Historial de Violencia Extrema Ignorado
La historia de Maximiliano Eduardo Roth es un alarmante relato de violencia que parece repetirse con consecuencias cada vez más graves. En el año 2022, la justicia de Bahía Blanca lo había condenado a una pena de tres años y un mes de prisión por el delito de "lesiones graves y leves". La víctima en esa ocasión fue la hija de tan solo dos años de una pareja anterior, quien, de manera escalofriante, también sufrió una fractura de cráneo y presentaba mordeduras en su cuerpo. A pesar de la brutalidad de este acto, el sistema judicial consideró que Roth estaba en condiciones de reinsertarse en la sociedad antes de cumplir la totalidad de su condena.
La decisión de otorgarle la libertad asistida recayó en el juez de Ejecución Penal N° 2, Onildo "Yiyo" Stemphelet. Dicha resolución se fundamentó en informes del Servicio Penitenciario que calificaban la conducta de Roth con un "10" y su concepto como "bueno". Como parte de las condiciones para su liberación, se le impuso la obligación de no consumir estupefacientes ni alcohol, someterse a un tratamiento psicológico y, notablemente, asistir a un curso de "deconstrucción de masculinidades", una medida que a la luz de los hechos posteriores, resultó trágicamente ineficaz.
La Repetición de la Pesadilla
Lejos de cualquier tipo de rehabilitación, Roth volvió a ser el protagonista de un hecho de violencia extrema. En la localidad de Coronel Suárez, mantuvo cautiva a su pareja actual y a los dos hijos pequeños de ella, un niño de tres años y un bebé de apenas once meses. Durante tres días, la mujer vivió un infierno hasta que finalmente logró escapar y buscar ayuda desesperadamente en la casa de un familiar.
Al llegar la policía a la vivienda, se encontraron con una escena aterradora. El bebé presentaba múltiples lesiones visibles y fue trasladado de urgencia al Hospital Penna. El diagnóstico médico confirmó los peores temores: el pequeño había sufrido fracturas de cráneo. Afortunadamente, y gracias a la rápida intervención médica, el bebé fue internado en terapia intermedia y su vida se encuentra fuera de peligro, pero las secuelas físicas y psicológicas de tal agresión son incalculables.
La Respuesta Judicial y el Debate Social
Tras el nuevo ataque, Maximiliano Roth fue detenido inmediatamente y ahora enfrenta una imputación por tentativa de homicidio. Al ser llevado a declarar ante la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) N° 15 de Bahía Blanca, el acusado se negó a prestar declaración. Este nuevo episodio de violencia ha desatado una fuerte polémica en la comunidad, reavivando el debate sobre la efectividad de las medidas de reinserción social y los criterios que utiliza la justicia para otorgar beneficios como la libertad asistida a individuos con antecedentes de violencia tan graves.
La decisión del juez Stemphelet está ahora bajo un intenso escrutinio público y de organizaciones dedicadas a la lucha contra la violencia de género y la protección de la infancia. El caso expone una falla sistémica que permitió que un individuo evidentemente peligroso fuera liberado, poniendo en riesgo mortal a nuevas víctimas. La sociedad exige respuestas y, sobre todo, garantías de que la justicia actuará con la diligencia y la firmeza necesarias para proteger a los más vulnerables.
