Bombardeó una base militar con personal extranjero a 20 kilómetros de Polonia, país miembro de la OTAN.
Rusia aseguró haber matado a "mercenarios extranjeros" en ataques el domingo contra la localidad de Staritchi y la base militar de Yavoriv, en el oeste de Ucrania, cerca de la frontera con Polonia.
"Como resultado del ataque, hasta 180 mercenarios extranjeros y una gran cantidad de armas extranjeras fueron eliminados", dijo el vocero del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, aunque la cifra no pudo ser confirmada de forma independiente por la AFP.
Estos ataques se llevan a cabo mediante "armas de alta precisión y largo alcance", indicó Konashenkov, sin ofrecer más detalles. "La eliminación de mercenarios extranjeros que lleguen a Ucrania continuará", precisó.
El ataque tuvo lugar contra la base del llamado Centro Internacional para Operaciones de Paz y Seguridad, conocido en su día como el centro de entrenamiento militar de Yavoriv para el Ejército ucraniano.
El jefe de la Administración Militar Regional de Leópolis, Maksim Kozitski, informó que Rusia lanzó contra el centro al menos una treintena de misiles, de los cuales ocho impactaron en las instalaciones.
Kozitski identificó los proyectiles como misiles de medio-largo alcance disparados desde la base rusa de Sáratov, a 1.500 kilómetros de distancia, según el sistema de defensa aérea de Ucrania, que consiguió repeler algunos de ellos.
Las autoridades informaron de al menos 35 muertos como resultado del bombardeo, a los que hay que sumar otros 134 heridos de diversa consideración, todos hospitalizados.
El ministro de Defensa, Oleksi Reznikov, confirmó que en la base se encuentran "instructores militares extranjeros" aunque puntualizó que todavía están intentando recabar más información sobre las víctimas.
La ciudad de Leópolis -donde algunos países occidentales trasladaron sus embajadas en los días previos a la invasión rusa del 24 de febrero- no fue alcanzada, aunque sí sonaron alarmas aéreas entre mensajes a la población para que busque refugio.
En cualquier caso, el ataque de este domingo es el primero de Rusia que tiene lugar en la región desde el comienzo de la guerra, que hasta ahora se ha limitado principalmente al este de Ucrania salvo excepciones puntuales.
El alcalde de Leópolis, Andrii Sadovi, reaccionó a las redes sociales para avisar a EEUU y a la OTAN de que ataques como éste son prueba de que la guerra en Ucrania se está acercando cada vez más al oeste.
En un mensaje dirigido al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, Sadovi pide que "entiendan que la guerra está más cerca, Rusia ya está en su frontera".
Por ello, el alcalde ha pedido una zona de exclusión aérea, una opción a la que se opone la OTAN por la escalada que podría representar. "Tienen combatientes que pueden proteger nuestros cielos. Y cuando digo "nuestros" me refiero no solo a los ucranianos, porque muy pronto esta guerra puede perder el prefijo ruso-ucraniano".
El ataque ruso en casi la frontera con Polonia ocurre, además, en momentos en que ese país, que inicialmente había abogado por transferir naves de combate a Kiev, viró de posición.
"No podemos entregar esos aviones por la responsabilidad que tenemos hacia nuestros aliados. Podría poner a la OTAN en una situación difícil", explicó el presidente polaco, Andrzej Duda, a la británica BBC.
Duda rechazó tanto la entrega de aviones como la posibilidad de usar aviones de la OTAN para auxiliar a las fuerzas ucranianas sobre el espacio aéreo del país.