Todos los fugados de la cárcel, ubicada a 100 km de la frontera argentina, son miembros del sanguinario grupo brasileño PCC. Veintiuno fueron recapturados.
Unos 35 reclusos de alta peligrosidad alojados en el penal de Misiones, en San Juan Bautista, Paraguay, lograron reducir a las autoridades carcelarias y huir, desatando una crisis en el gobierno de Mario Abdo, quien ya removió al director de la Penitenciaría Regional mientras que el ministro de Justicia, Édgar Olmedo, ofreció su renuncia.
Se trata, en su mayoría, de miembros del sanguinario Primer Comando de la Capital (PCC), un grupo criminal de Brasil protagonista de los últimos motines en Paraguay. Veintiuno de los fugados fueron recapturados, informaron las autoridades.
El penal de Misiones se ubica a 100 kilómetros de la frontera con Argentina, a la altura de Itatí, en Corrientes. Por lo que fuentes del Ministerio de Seguridad no descartan que algunos hayan buscado refugio de lado argentino.
En paralelo, el Ministerio de Justicia de Paraguay informó que se dispuso la intervención de la Penitenciaría Regional de Misiones por un plazo de 30 días, así como la separación de Virgilio Valenzuela del cargo de director del penal.
La medida, dice la resolución, fue dispuesta con el objetivo de investigar el "incumplimiento de protocolos de seguridad que motivaron la fuga de personas privadas de libertad".
El ministro Olmedo declaró a varios medios locales que no se descarta la hipótesis de que los presos hayan tenido colaboración por parte de los funcionarios del penal.
En ese sentido, refirió que la fuga tuvo que haber sido planeada con anticipación y adelantó que todas las penitenciarías de Paraguay están en "alerta máxima" para evitar que el hecho se repita.
Las cámaras de seguridad de la penitenciaria lograron captar el momento de la fuga, informó ABC Color, para la que los presos usaron una soga hecha con retazos de tela. Primeramente, redujeron a un guardia.