Una exfuncionaria judicial de Brasil murió tras el brutal ataque de un hombre con antecedentes en situación de calle, reavivando el debate sobre salud mental y seguridad en la ciudad.
Contexto de una tragedia en pleno centro porteño
Un caso estremeció a la ciudad de Buenos Aires y alcanzó repercusión internacional: Maria Vilma das Dores Cascalho da Silva Bosco, turista brasileña de 69 años y exfuncionaria judicial, fue asesinada brutalmente el jueves pasado al mediodía en la avenida Corrientes, a metros del Abasto Shopping. El hecho conmocionó a propios y extraños por su crudeza y la vulnerabilidad de la víctima, que se encontraba de visita para acompañar a su hija estudiante de medicina.
Detalles del ataque: una agresión sin motivos aparentes
- El agresor —un hombre en situación de calle, con antecedentes penales y psiquiátricos— atacó súbitamente a la turista cuando ella se dirigía a retirar efectivo de un cajero. Sin mediar palabra, la golpeó violentamente en el rostro, provocando su caída y un traumatismo craneal irreversible.
- La víctima fue atendida de inmediato por transeúntes y personal del SAME, pero falleció poco después en el hospital porteño donde fue trasladada.
- El atacante fue detenido en el lugar, mientras la policía recopilaba testimonios y videos de seguridad para documentar la secuencia de hechos.
Antecedentes del agresor y el laberinto judicial
El responsable de la agresión sumaba al menos veinte antecedentes penales por robos, desórdenes y violencia, además de haber sido atendido en hospitales psiquiátricos como el Borda y el Moyano. Bajo el actual marco legal de salud mental, la policía y el sistema judicial se ven muchas veces imposibilitados de internar a personas en situaciones de riesgo, aun tras episodios de violencia.
- El caso expone el dilema entre la protección de derechos individuales y la prevención de delitos graves por parte de personas inimputables o con patologías severas.
- El debate público se reavivó por la reiteración de casos similares, donde, tras evaluaciones médicas, los agresores vuelven a quedar en libertad si no aceptan tratamientos voluntarios.
- En el entorno del Abasto, comerciantes y policías relatan una convivencia frecuente con personas en situaciones de exclusión social, consumo problemático y cuadros psiquiátricos complejos, para los cuales el Estado carece de respuestas efectivas.
Repercusiones institucionales y reclamos de fondo
La muerte de Maria Vilma reabrió fuertes críticas hacia las políticas públicas de salud mental, el accionar policial y judicial, y la falta de protección efectiva frente a alertas previas (“veinte antecedentes equivale a veinte llamados de atención que no fueron oídos”, subrayó uno de los analistas entrevistados).
Se exige la colaboración entre justicia penal y civil para que en casos de peligrosidad comprobada se disponga la internación o el seguimiento forzoso, evitando nuevas tragedias y facilitando la reinserción social o el acceso real a cuidados apropiados.
- Familiares de la víctima y el consulado brasileño solicitaron explicaciones formales y acompañamiento.
- Organizaciones vecinales y especialistas pusieron sobre la mesa el pedido de modificación de la Ley de Salud Mental y la generación de nuevos protocolos de intervención urgente.
- La policía de la CABA pidió revisar los recursos preventivos y fortalecer la protección en corredores turísticos y zonas de alto tránsito.
Llamado a la acción y cierre
El crimen expone el vínculo trágico entre inseguridad, exclusión social y salud mental no resuelta. Mientras la ciudad busca respuestas, el caso resignifica la necesidad de políticas integradas que contemplen prevención, apoyo institucional, y el resguardo del bienestar comunitario junto a la dignidad y el derecho a la salud de quienes atraviesan situaciones límite.


