El fallo del jurado popular por el femicidio de Cecilia Strzyzowski marca un antes y un después en la provincia, con condenas ejemplares al Clan Sena y un mensaje contundente de justicia y reparación.
Un juicio emblemático y la sociedad movilizada
La provincia de Chaco fue escenario de un proceso judicial sin precedentes, donde la desaparición y femicidio de Cecilia Strzyzowski conmovió al país entero. El jurado popular deliberó durante más de un día para alcanzar un veredicto unánime sobre los acusados: César Sena, Emerenciano Sena y Marcela Acuña. El fallo no solo hizo justicia en un caso de gran impacto mediático, sino que reflejó el hartazgo social frente a delitos de extrema gravedad.
Los protagonistas y el desarrollo del debate
El fiscal Martín Bogado, pieza clave del proceso, destacó la madurez y responsabilidad ciudadana con que los jurados evaluaron las pruebas. El sistema de juicio por jurados, que permitió la deliberación de doce ciudadanos seleccionados cuidadosamente, se consolidó como una herramienta que acerca la justicia a la comunidad y legitima el proceso frente a la opinión pública. El tribunal dispuso, con la presencia de la jueza técnica Dolly Fernández, que los acusados escucharan el veredicto en silencio, mientras la sociedad chaqueña aguardaba noticias entre globos, banderas y carteles pidiendo justicia.
- César Sena: declarado culpable como autor material del femicidio agravado por vínculo y violencia de género.
- Emerenciano Sena y Marcela Acuña: condenados como partícipes primarios en el crimen.
- José Gustavo Obregón y Fabiana González: sentenciados por encubrimiento agravado.
- Gustavo Melgarejo: condenado por un delito menor incluido en el encubrimiento.
- Griselda Reinoso: única absuelta, declarada no culpable y liberada de inmediato.
Repercusiones y el mensaje institucional
Para la fiscalía, "ganó la verdad, ganó la justicia y ganó la sociedad chaqueña". El proceso fue seguido de cerca por familiares, activistas y periodistas, en medio de una fuerte repercusión mediática y manifestaciones públicas. Mujeres vestidas de rosa, pañuelos y banderas argentinas evidenciaron la lucha colectiva y el esfuerzo por mantener viva la memoria de Cecilia. El veredicto marcó una diferencia decisiva en el abordaje judicial de los femicidios y los crímenes con componente de violencia de género, instalando un precedente que fortalece a las instituciones.
El jurado popular se enfrentó al desafío de analizar pruebas indirectas, científicas y testimoniales, en un caso donde la ausencia de cuerpo fue utilizada, infructuosamente, como argumento defensivo. Los mensajes de texto, las confesiones sobre rasguños defensivos y la reconstrucción cronológica de los hechos trabajados por la pericia policial y fiscal fueron clave para el fallo. El proceso fue relatado por el propio fiscal Bogado, quien reflexionó sobre las dificultades de investigar crímenes de tan alto impacto social y los riesgos que enfrentaron los protagonistas, incluyendo amenazas y situaciones de tensión extrema.
Una condena ejemplar y la memoria de Cecilia
La sentencia de prisión perpetua para los miembros del Clan Sena, quienes operaron por años con poder económico, territorial y vínculos políticos en la provincia, envía un mensaje inequívoco de fin a la impunidad y corrupción. El fallo fue seguido por manifestaciones masivas, donde cientos de ciudadanos expresaron su apoyo a la decisión y a la familia de la víctima. El ministro de Seguridad chaqueño calificó la jornada como un quiebre histórico y reclamó consolidar una nueva institucionalidad y dejar atrás sistemas de protección política y clientelismo.
Las voces y los rostros detrás del proceso
El testimonio de la madre de Cecilia, Gloria Romero, y la participación de familiares, fiscales y defensores fueron decisivos para sostener la lucha judicial. El fiscal Bogado compartió momentos personales de emoción y reconocimiento hacia su entorno familiar y profesional, enfatizando que detrás de los funcionarios judiciales hay personas atravesadas por la tragedia y la esperanza de reparación.
Desafíos y perspectivas futuras
El proceso judicial, seguido por cámaras y audiencia pública, marcó una diferencia con las prácticas tradicionales y sentó las bases para un mayor control ciudadano y transparencia institucional. La condena pone en relieve la importancia de avanzar en la protección de las víctimas de violencia de género y en la consolidación de una justicia más equitativa y reparadora. La memoria de Cecilia Strzyzowski, su historia y el reclamo social diario encuentran así un lugar de reparación insoslayable en la decisión judicial adoptada, renovando el compromiso de las instituciones y la sociedad con la erradicación del femicidio y la impunidad.


